domingo, 10 de mayo de 2009

Apareció Bergessio y les amargó la tarde a los titulares de Boca.

San Lorenzo perdía 1-0 (gol de Roncaglia) y jugaba con uno menos por la expulsión de Chaco Torres. Pero a cuatro minutos del final llegó al empate. El equipo de Ischia sigue a dos puntos del fondo.
Un clásico diferente. En el Nuevo Gasómetro, San Lorenzo y Boca se reencontraban desde el triangular que definió el último Apertura, finalmente para el equipo de Ischia. Sin embargo, esta vez se enfrentaban para escaparle al fondo de la tabla. Ya sin Russo en el banco del Ciclón y con Diego Simeone, un técnico que le ganó a Boca una final con Estudiantes y que después dirigió a River. Condimentos para un duelo bizarro.
La apuesta era atractiva porque Simeone paró un 4-3-3 súper ofensivo, con Papu Gómez y tres delanteros en Bordagaray, Silvera y Bergessio. Ischia, apurado, sabía que ya una derrota no era aceptable, con Boca a un punto del último puesto del Clausura. Entonces, a pesar de pensar en la Copa, puso titulares. Fue Rodrigo Palacio el encargado de abrir a la defensa local. Una pared con Damán Díaz, el reemplazante de turno de Riquelme, provocó la primera polémica. Palacio entró en el área y Adrián González pareció cometerle penal, aunque Beligoy hizo la vista gorda.
La mirada de los jueces comenzaba a ser un factor determinante en el partido. De todas maneras, Boca se mostró superior en el primer tiempo. Era dueño de la pelota y jugaba en campo rival. San Lorenzo apostaba a la velocidad del Papu para sorprender de contra. Ibarra primero y Morel después, probaron a Hilario Navarro. Pero la más clara la tuvo el Pochi Chávez, a los 22, tras un desborde de Ibarra. El Negro remató al arco, el arquero dio rebote y Chávez falló el gol solo por el segundo palo: le dio mordida y la pelota se perdió por arriba del travesaño. Hasta ahí el Ciclón únicamente había generado un tibio remate de Bordagaray y una buena combinación por izquierda entre Aureliano Torres y Gómez, que Abbondanzieri contuvo sin problemas. Después de los 20, la mitad de la cancha se cruzaba con velocidad. A los 26, Palacio tocó para Díaz y picó al vacío. El enganche se la quiso devolver pero recibió la falta del Chaco Torres (vio la amarilla). Morel acomodó la pelota y su tiro libre fue desviado por Hilario, pegó en el travesaño y Bottinelli la mandó al córner. De ese tiro de esquina llegó el centro al área, Hilario salió mal y se equivocó feo. Le quedó a Roncaglia por el segundo palo y le dio de una al arco. Gol. Lo cobró el línea Gustavo Esquivel, ante la protesta local, porque Bergessio pareció sacarla sobre la línea. A llorar a la iglesia... 1 a 0.
En desventaja, San Lorenzo no tuvo más remedio que ir por el empate. Arrinconó a Boca, aunque nunca fue claro. Pero a los 35 explotó el estadio, los jugadores, los hinchas y el Cholo. Centro desde la derecha de Adrián González, Forlín, sólo, marcaba a tres atacantes: Reynoso, Bottinelli y Silvera. No le quedó otra al pibe, casi resignado, que meter el brazo para despejar el peligro. Penalazo. Lo vieron todos menos Beligoy, que se fue al vestuario al término del primer tiempo bañado en insultos.
De entrada, Simeone cambió: Chávez por Reynoso, ya buscar el empate. Pero San Lorenzo tuvo que cambiar sus planes. El Chaco Torres lo bajó al Pochi Chávez y Beligoy lo expulsó de la cancha. Correcto. Con diez hombre, el Cholo tuvo que reordenar al equipo. Entonces Alvarado ingresó por Silvera a los 9 para alinear un 4-3-2. Renunció a atacar el Ciclón. El segundo tiempo fue de Boca, que gozó de la pelota, del campo, de la ventaja... Pero se olvidó de generar peligro, inoperante.
Boca tuvo 35 minutos a San Lorenzo regalado y lo perdonó. Ischia puso a Gaitán por Díaz y a Mouche por Palacio, velocidad y precisión en ataque. No pasó nada. Palermo siempre merodeando en el área. Y nada... Probó Ibarra, probó Battaglia, lo tuvo Mouche... Nada. Le faltó el último toque, le faltó actitud, le faltaron ganas de ganar a Boca. Y con un hombre menos, más cantado que el tango Volver, San Lorenzo llegó al empate en el final. A los 15, en la única jugada de riesgo del local, Bergessio, de zurda, la tiró a las nubes. A los 41, Bergessio, tras un gran pase de Chávez, de zurda, se la clavó en el palo más lejano a Abbondanzieri. Fue 1-1 y está vez el que tenía que ir a llorar... era Boca.
Boca se durmió y pagó. San Lorenzo, malherido, aprovechó que su rival nunca le dio la estocada final, resurgió y rescató una igualdad más que valiosa. El equipo de Ischia, a pesar de jugar con los titulares, quedó a dos puntos del último puesto de la tabla, propiedad de Gimnasia de Jujuy y Tigre, con 13. La esperanza ahora es un San Román Riquelme (tuerto o rengo, da igual) para que ponga el pecho en la Copa y salve un semestre desastroso.

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