jueves, 12 de febrero de 2009

San Lorenzo arrancó con una fiesta y ni siquiera se cansó.

El paso inicial hacia su gran ilusión se resolvió muy rápido en un partido en el que no lo exigieron.
Fue el debut soñado. San Lorenzo ganó, goleó, gustó y gozó. Tuvo enfrente a un adversario muy fácil: mejor rival que los mexicanos de San Luis, imposible. Metió cuatro a voluntad. Los hinchas ovacionaron al Pitu Barrientos, a Silvera, a Bergessio, a todos. Y se quedaron roncos de gritar tantos "oles". Orion, todo de blanco, casi ni se manchó; se dedicó a sacar desde el arco hasta que en el segundo tiempo Víctor Lojero lo venció tras una serie de rebotes. Y, así, el cuadro de Miguel Russo redondeó un ensayo con público en su primer paso en esta Copa. Todo tan bien, como para empezar a ilusionarse...
Porque casi no hubo partido. En ningún momento, San Luis demostró cómo llegó hasta aquí. Más teniendo en cuenta que el fútbol mexicano, a nivel equipos, evidenció un progreso que lo posicionó en los primeros planos. Sólo podría justificarse su presencia en la Libertadores en que es el tercer equipo de poderoso grupo Televisa, detrás del América y del Necaxa, y tiene a los argentinos Luis Américo Scatolaro como DT (Lorenzo lo hizo debutar en Boca contra Central, convirtió un gol, al minuto lo echaron y nunca más jugó en el club) y al Zurdo Miguel López, como director deportivo.
Pero la diferencia entre uno y otro equipo fue abrumadora durante todo el partido. En el primer avance, a los tres minutos, San Lorenzo llegó y convirtió. Adrián González jugó rápido un tiro libre que encontró dormidos a todos los mexicanos. Barrientos metió un zurdazo que era fácil para Adrián Martínez. Pero el arquero la hizo difícil: se le escapó entre las manos y Silvera demostró que un goleador está en el momento justo y en el lugar indicado para empujar el 1 a 0.
Entre el primero y el segundo gol no hubo jugadas claras. Pero San Lorenzo ejerció el control de la pelota y marcó aún más, por si hiciera falta, una ventaja abismal. Todos sabían que cuando acelerara, el segundo gol era cuestión de tiempo nada más. Y fue un jugada que inició y terminó Silvera. El Cuqui le metió un pase de pecho a Bergessio. El toque a Aureliano Torres que subió por izquierda. El centro del paraguayo. Y el anticipo de cabeza del centrodelantero para dejar sin nada a Martínez y poner el 2 a 0.
Todo siguió igual. San Lorenzol mandó. Y San Luis no existió. Hubo una corrida del paraguayo Néstor Bareiro que obligó a Orion a salir para achicar. El delantero potosino pateó fuerte, pero sin dirección. Y su compatriota Aureliano Torres abrió las piernas y salió jugando por su banda. El tercer gol fue una joyita de Barrientos por la derecha, como para demostrar que a este zurdo ese perfil le sienta muy bien. Tocó sin mirar a Adrián González, éste llegó al fondo y metió el pase atrás. Y Bergessio se encargó de doblarle las manos con un tiro no muy fuerte al endeble Martínez, que no opuso resistencia: 3 a 0. Los hinchas se codeaban para ovacionar al Pitu, autor intelectual de ese gol.
Y había lugar para más en el segundo tiempo, si bien San Lorenzo se relajó. Porque en esa aventura de dejar jugar al rival, en ningún momento corrió riesgos. Más, amplió la diferencia con el gol en contra de Mascorro, tras un tiro libre de González que peinó Barrientos, y la estiró al 4 a 0. Si quería, pudo ganarlo por más goles. Pero se dedicó a regular y dio lugar para hacer todos los cambios. Hasta volvió el Burrito Rivero, quien no jugaba desde el 2 de diciembre, cuando se lesionó contra Huracán. Entró para que Barrientos se bañara con otra gran ovación. Una más. Llegó el descuento de Lojero, tras mil rebotes, para el 4-1 final. Una diferencia muy interesante para un comienzo bien interesante.

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