miércoles, 17 de diciembre de 2008

San Lorenzo sacó ante Tigre la primera diferencia y lo espera Boca.

Al equipo de Russo le alcanzó con un tiempo para ganar la primera final del triangular que define el Apertura. Barrientos y Bergessio convirtieron en dos minutos y liquidaron la historia para los de Boedo, que si el sábado le ganan a Boca serán los campeones. Lazzaro descontó para los de Victoria, pero no alcanzó para empatar. Sobre el final se fue expulsado Islas.
Mucho se habló en la previa de que esta definición perjudicaba a San Lorenzo. Y había motivos para hacerlo. Pero cuando la pelota empezó a rodar, el Ciclón se encargó de volcar todo para su lado. Porque jugó el primer partido de este Triangular como una final y con mucho fútbol, en especial en los 45 minutos iniciales, consiguió un triunfo ante Tigre que lo deja ahí cerquita de dar la vuelta en el Apertura. Fue 2-1, aunque el trámite no es consecuente con lo que fue el trámite: la diferencia pudo haber sido mayor.
El inicio del partido mostró un espejismo: Tigre con la iniciativa y San Lorenzo dormido. Esa imagen duró muy poco, tan sólo unos minutos, el tiempo que les llevó a Barrientos y Solari leer el juego. A través del Pitu, la figura de la cancha, llegó lo mejor del Ciclón. Por izquierda, por derecha, por el medio, el enganche siempre se las ingenió para hacer la diferencia en un partido en el que se jugó al golpe por golpe.
En una ráfaga, San Lorenzo casi dejó nocaut a Tigre. Fueron dos minutos fatales para el Matador, que lo terminaron dejando sin nada. El primer golpe llegó a los 17', cuando Solari desbordó por izquierda, mandó el centro e Islas dio un rebote, que Barrientos transformó en el 1-0. Enseguida, cayó el segundo: Barrientos trepó por la derecha y lo vio entrar muy libre a Bergessio por el medio. Lavandina le entró de primera y dejó sin chances a Islas.
Lejos de conformarse, el equipo de Russo siguió buscando y tuvo varias chances de liquidar la historia. Porque Tigre no lograba reaccionar y sufría mucho con la potencia de Bergessio, quien salía del área para generarle espacio a su compañero de ataque, Silvera.
Tras el entretiempo, Tigre insinuó una reacción. En principio por mérito propio, aunque también pesó el planteo de San Lorenzo, que se paró más atrás y apostó a la contra para cerrar el partido. Con ese panorama, Russo se jugó una carta: sacó a Solari y puso a Hirsig para equilibrar el medio. Justamente el ex Arsenal, apenas ingresó, tuvo el 3-0 en sus pies. Pero, en el mano a mano con Islas, la mandó por arriba del travesaño.
El gran problema de Tigre, además de su pocas ideas en ataque, pasaba por su defensa. Es que Bergessio, pese a tener poca compañía, era una pesadilla para Paparatto y compañía. Era cuestión de que Lavandina lograra conectarse con Silvera para que San Lorenzo alcanzara el tercero.
Pero, de repente, Tigre se metió en el partido. Fue a los 30 y otra vez el protagonista volvió a ser Lazzaro. El goleador, héroe ante Central en la fecha 18, saltó solo y, de cabeza, mandó al fondo de la red el centro preciso enviado por Rusculleda. La ilusión de Tigre renacía y el lamento lógico por lo que pudo ser y no fue invadía a San Lorenzo.
El Matador buscó por todos lados. Pero tanto Aguirre como Bianchi Arce se cansaron de despejar por arriba y San Lorenzo ya no pasó sobresaltos. Parecía que Laverni tenía todo controlado (más allá de la polémica por el penal no cobrado a Bergessio) pero el final le trajo una jugada muy complicada. Sucedió cuando Islas le aplicó un manotazo a Barrientos dentro del área y, a instancias de su asistente Casas, el juez decidió expulsarlo pero no sancionar penal por entender que la pelota ya se había ido del campo de juego. Una jugada muy fina, que podría haber significado el 3-1 y una mayor diferencia para el Ciclón, y que seguramente dará que hablar mucho más.
De todas maneras, esta tarde San Lorenzo demostró que no quiere depender de otros y ,de cara al choque con Boca, sabe que está ante la gran oportunidad: si gana será campeón y todas las especulaciones quedarán en el olvido. Hoy, por momentos, jugó como campeón, como lo hizo durante gran parte del Apertura. Mientras, Boca apuesta a darle pelea y también sabe que no jugó sus fichas. Y Tigre, por qué no, se aferra a un triunfo de Boca y a vencer el próximo martes en el Cilindro de Avellaneda. Para el infarto...


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