jueves, 15 de mayo de 2008

San Lorenzo no lo pudo resolver ante La Liga.

Terminó 1 a 1 en el Nuevo Gasómetro, por los cuartos de final de la Copa. Mereció el triunfo, pero le faltó tranquilidad en ataque. Su rival, de todos modos, planteó el partido con mucha audacia. Ahora tendrán que definir el jueves próximo en la altura de Quito. ¿Los goles? Un error del arquero Orión le permitió abrir el marcador a Bieler y enseguida empató González de tiro libre.
San Lorenzo soñaba con dar otro paso hacia su gran ilusión: la Copa Libertadores. El rival era Liga Deportiva Universitaria, el verdugo de Estudiantes en los octavos de final. ¿El escenario para este primer partido de cuartos? Un Nuevo Gasómetro que estallaba de gente como a lo largo de todo el torneo. El conjunto de Ramón Díaz llegaba a este duelo con un gran envión, tras dejar en el camino a River después de una serie que quedará en la historia grande del club. Pero eso ya había quedado atrás y el Ciclón tenía que ir por otro milagro más para viajar tranquilo la próxima semana a la altura de Quito.
Los nervios estaban presentes en el estadio. Primer pelota del partido y una dura falta de Santiago Hirsig a Joffre Guerrón, quizás el mejor jugador de la Liga. En los primeros minutos los locales no conseguían tener dominio de la pelota. En cambio, los ecuatorianos tenían la iniciativa y elegían los centros para llegar con riesgo al arco de Agustín Orión. Jairo Campos aprovechó uno pero su cabezazo se fue lejos. Una señal de alarma para los de Ramón, que estaban parados demasiado atrás y confundidos con la actitud de los dirigidos por el argentino Edgardo Bauza. La estrategia del técnico de San Lorenzo de ubicar a D'Alessandro por la derecha todavía no daba sus frutos.
Tuvieron que pasar catorce minutos para que el Ciclón tenga la primera chance de riesgo. Centro de D'Alessandro, cabezazo de Tula para el corazón del área chica y Bergessio, que sacó provecho de las dudas del arquero Cevallos y de los defensores, se tiró y su remate se estrelló en el palo. Cerca, muy cerca estuvo la apertura del marcador. Pero la realidad era que la Liga no se achicaba y respondió rapidísimo. Pelotazo largo para Bieler, gruesa falla de Aguirre y el delantero argentino la tiró a cualquier lado en el mano a mano con Orión.
Con el paso de los minutos, San Lorenzo empezó a asediarlos a pura garra. No lograban jugar bien, y el Cabezón, que tenía que ser el dueño de todas las pelotas, aparecía poco y nada. La Liga se cargaba con las faltas. Lo usaban una y otra vez para frenar los ataques. Y D'Alessandro, con esa zurda envidiable, acarició el primero del Ciclón. Un tiro libre desde la derecha terminó con Cevallos, con los pies dentro del arco, salvando como pudo con los puños. Sin brillar, los locales eran un poco más y estaban más cerca.
A los 36, algo inesperado para Ramón Díaz y toda la gente que colmó el Nuevo Gasómetro. Aguirre se la pasó atrás a Orión, que tenía todo el tiempo del mundo para despejar. El uno hizo un jueguito, dos y nunca vio llegar a toda velocidad a Bieler, que ni lerdo ni perezoso, se la tocó por arriba y la pelota entro en cámara lenta al arco. Increíble error infantil de Orión, que insultaba al aire de la bronca. Pasó el mal trago y San Lorenzo tuvo revancha a los dos minutos. Tiro libre en la puerta del área ideal para Adrián González. Tomó la pelota, caminó tres pasos y la puso esquinada por arriba de la barrera. Cevallos quedó inmóvil y el local consiguió el oportuno empate. En los minutos finales de la etapa inicial pudo ser para cualquiera. Manso tuvo la más clara y podría haber enmudecido a todo el estadio.
El complemento empezó muy, pero muy tibio. El Ciclón no tenía ese fuego sagrado que mostró apenas una semana atrás contra River. Y tampoco la garra con la que dio vuelta ese partido histórico. En tanto, Liga hacia su negocio. El equipo de Bauza jugaba lejos de su arco y con la inteligencia de Manso generaban alguna que otra oportunidad. El ex Newell's habilitó a Guerrón, que con coraje se llevó puesto a Voboril en el área (había ingresado por el lesionado Hirsig), y el de San Lorenzo casi la mete en contra. Pero apareció González y la sacó en la línea. Otra vez el capitán salvó a los suyos.
Ramón Díaz comenzó a buscar variantes en el banco. Se la jugó por Menseguez y Alvarado, y sacó a Placente y Acevedo. El Rayo se ubicó por la derecha y desde la primera pelota que tocó complicó a los rivales. Con amor propio, San Lorenzo salió con todo a buscar la victoria. D'Alessandro se despertó de la siesta y era el eje de los embates. Un zurdazo de él pasó al lado del ángulo izquierdo de Cevallos. El Pelado se agarró la cabeza y no lo podía creer. Otra vez D'Alessandro apareció, habilitó a Silvera y el Cuqui se lo perdió mano a mano. Por prima vez el delantero había quedado sólo y se la entregó suavecita a Cevallos. El aluvión no finalizó ahí. Guapeada del enganche tras un pase exquisito de González, probó de derecha desde una posición muy incómoda y el arquero ecuatoriano resolvió tirándola al corner.
San Lorenzo luchó hasta el final. Una y otra vez chocó contra un equipo inteligente, audaz y que tenía muy claro cuál era el objetivo en su visita a Buenos Aires. No lo pudieron quebrar. Un 1-1 que tiene gusto a poco, porque ahora deben viajar a la altura de Quito. Aunque después de lo vivido en Potosí contra Bolívar y en Núñez frente a River, soñar es posible.

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