Huracán gana momentanemente a San Lorenzo en el clásico suspendido por la lluvia.

El diluvio que cayó sobre la Bombonera hizo que Saúl Laverni, el árbitro del clásico, decidiera no seguir jugando. Fue a los 16 minutos del primer tiempo cuando el equipo de Cappa estaba 1-0 con un gol de Goltz y con diez jugadores por la roja a Pastore.

Un clásico con todos los condimentos. En la Bombonera, Huracán recibía a San Lorenzo en el partido más especial para los barrios vecinos de Parque de los Patricios y Boedo. Un enfrentamiento tradicional, con historia y, lamentablemente, con unos últimos antecedentes de violencia entre las hinchadas que lo sumieron en un clima hostil, auque con un gran operativo de seguridad.

Unos minutos antes del comienzo, el clima también se hizo hostil afuera de la cancha. Una lluvia torrencial empezó a caer sobre el césped del estadio de La Boca. Como una cortina de agua, la lluvia no daba tregua a los jugadores desde el pitazo inicial del árbitro Saúl Laverni, quien también tenía un panorama complicado.

Huracán generó la primera jugada de peligro del partido, a los 5 minutos. Fue a través de César González, la manija del Globo. El volante la abrió para Barcos, quien aprovechó que Pastore arrastró la marca, quedó solo y la quiso picar ante la salida de Orión, aunque sin éxito porque el arquero mandó la pelota al córner.

Imprevistamente, a los diez minutos, Laverni cobró tiro libre en defensa para San Lorenzo pero su línea vio la jugada favorable a Huracán y, ante la duda, el árbitro cobró tiro libre en ataque para el equipo de Cappa. El encargado de ejecutarlo fue César González y su envío fue directo a la cabeza del capitán Paolo Goltz, quien no perdonó. 1-0 y festejo para el Globo bajo la lluvia torrencial, que desde hacía unos minutos hacía imposible seguir jugando.

Apenas tres minutos más tarde, Pastore dejó a Huracán con diez. El delantero llegó tarde a la pelota y le entró duro a Juan Manuel Torres por lo cual el árbitro no lo dudó y le sacó la roja. Para que a los 16 minutos tomara la decisión, tras convocar a los capitanes de ambos equipos (Orion y Goltz), de suspender el partido. Fue festejo a medias para el Globo, que deberá revalidar su victoria cuando se vuelvan a ver las caras con San Lorenzo, uno de los candidatos al título.