jueves, 7 de agosto de 2008

La Selección lo ganó con una avivada.

En su debut en los Juegos Olímpicos de Beijing, venció 2 a 1 a Costa de Marfil en un partido que fue muy parejo. Lautaro Acosta desniveló a 5 minutos del final, luego de un tiro libre que Messi sacó rápido. La Pulga había metido el primero en la etapa inicial. Argentina comenzó así con éxito en Shanghai la defensa del oro conseguido cuatro años antes. El domingo, a las 6, enfrenta a Australia.
El empate parecía sellado, pero la viveza se hizo un lugar. Fue en un segundo en el que Messi, por si hacía falta, demostró por qué era tan necesario en Beijing y Barcelona no lo quería ceder. Eso le alcanzó a la Selección para tener un debut triunfal en los Juegos, que no puede hacer olvidar las asignaturas pendientes.
Será complicado asumirlo, pero en su debut en los Juegos Olímpicos Argentina sólo hacía méritos para igualar ante Costa de Marfil. Con un ataque que funcionó sólo de a ratos y una defensa que dejó demasiadas dudas, sobre todo en los laterales. Con el correr de los Juegos, seguramente se sepa con mayor claridad por qué resultó tan parejo este debut. Desde la perspectiva argentina, está claro que se esperaba que el equipo de Batista marcara diferencias enseguida. Pero, como suele decirse, el rival juega y los africanos demostraron que no fueron a Beijing sólo para cumplir.
Había arrancado algo mejor Argentina. Aunque sin demasiada profundidad, manejaba la pelota con buen toque y casi mete el primero a los 6 minutos, cuando el arquero le tapó el gol a Agüero.
De a poco, Costa de Marfil mostró que también tenía lo suyo y empezó a complicar de la mano de los desbordes de Gervinho. El delantero preocupaba por los costados, mostraba flaquezas defensivas del equipo de Batista y estuvo cerca de concretar a los 17, pero le pegó por arriba.
Dentro del equilibrio que mandó en el partido desde los 20 minutos, los dos equipos mostraron en común los problemas en la última línea. Argentina padeció más por el lado de Monzón, aunque tampoco Zabaleta era una garantía.
Fue entonces, cuando parecía que el partido se dormía en esa paridad, que decidieron mostrarse los elegidos. Riquelme y Messi, los dos de los que tanto se habla sobre su relación fuera de la cancha, se juntaron adentro, donde más importa. Román puso un pase perfecto de 40 metros y la Pulga la acomodó contra un palo sobre el final del primer tiempo.
Esa sensación de optimismo con la que se fue el equipo a los vestuarios terminó pronto. Porque a los 7 minutos del segundo tiempo un centro cruzado encontró a Cisse en el segundo palo. En el salto le sacó medio metro a Zabaleta y la puso sobre Ustari para marcar el 1 a 1. Nada para discutir.
Y así se iba el segundo tiempo, con una ratificación del equilibrio entre los dos equipos. Argentina amagaba con más, pero por momentos Costa de Marfil manejaba la pelota y nunca dejaba de inquietar en ataque. A los 32 incluso casi lo gana, cuando Gervinho, por momentos una pesadilla para la defensa argentina, estuvo muy cerca con un tiro cruzado desde dentro del área.
Hasta que se iluminó el que tenía que hacerlo, cuando sólo faltaban cinco minutos para el final. Messi sacó rápido un tiro libre desde el borde del área, toco con Riquelme y fue a buscar la descarga. Casi lo mete el mismo, pero el arquero dio rebote y ahí apareció Lautaro Acosta, el mismo que había clasificado al equipo para estos Juegos, para empujarla al 2 a 1 final.
Costa de Marfil no tuvo ánimo para una nueva reacción. El equipo de Batista se llevó así la victoria, aunque será necesario aprovechar las lecciones. Siempre, claro, es mejor hacerlo con los tres puntos en el bolsillo.

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