sábado, 16 de agosto de 2008

El genio de Messi apareció en el alargue y Argentina pudo festejar

La Pulga, que ya había convertido el primer gol, le metió un pase enorme a Di María a los 14 del segundo tiempo y así llegó el 2-1 final. De esta manera se abrió un partido que el equipo de Batista sufrió mucho y estuvo a punto de perder en los 90. El martes espera otra durísima: Brasil en semifinales.
¿Cuántos deseos concederá ese genio que aparece durante los partidos de la Selección? Si en la historia original eran tres, acaso el equipo de Batista empiece a quedarse corto con lo que necesita de esa figura mágica que llegó de Barcelona y hoy otra vez se lució, con un golazo y un pase increíble. Para solucionar una historia que se había puesto difícil y en la que Holanda estuvo muy cerca de robarse el sueño de repetir el oro olímpico.
Messi había aparecido muy pronto en el partido y daba la impresión de que iba a ser poco más que un trámite pasar los cuartos de final. Esta vez, una ráfaga del talento de la Pulga alcanzó para que Argentina reflejara en el marcador ante Holanda la diferencia que cada vez se hacía más evidente en el juego. Encaró contra la defensa holandesa, se sacó de encima al arquero con un amague y, cuando un jugador holandés trató de cerrar, le dio como los goleadores de raza: con un tiro feroz como para arrancarle la cabeza al que quisiera meterse en el medio. Uno a cero y a festejar.
Pero se complicó de golpe. Argentina ganaba con toda justicia, amagaba con ampliar en alguno de esos ataques a fondo con Messi como abanderado y casi ya pensaba en Brasil. Claro que, aunque Holanda no hacía gran cosa, la defensa argentina, como en los partidos anteriores, abría la puerta para que el rival soñara con algo más. Y llegó un tiro libre desde afuera del área, un rebote y Bakkal que en la segunda jugada quedó solo al borde del área chica para definir cómodo ante Ustari. Otra vez a trabajar en serio.
El equipo de Batista era superior también en el arranque del segundo tiempo. Dos veces estuvo muy cerca, a través de Agüero: a los 2 minutos, cuando estuvo mano a mano con el arquero y su tiro salió demasiado cruzado; a los 8, con un cabezazo que salió a centímetros del palo.
Pero después la Selección se quedó sin respuestas y, si bien volvió a disponer de oportunidades de gol, Holanda tuvo las suyas y muy claras, sobre todo cuando Drenthe, muy solo, tiró por arriba a cuatro minutos del final. Así se fueron al alargue, con la sensación de que estaba para cualquiera de los dos.
Entonces fue el momento -¿cuántos van?- de un chico genio que dijo: "Yo no puedo perder este partido". Que a los 35 segundos metió un buen pase para Agüero, que otra vez definió mal. Que no encontraba compañía, pero igual la seguía peleando. Y que a los 14 minutos metió el estiletazo entre la defensa holandesa para el tiro cruzado, fuerte, abajo, de Di María. Fue el 2 a 1 con el que, después de algún otro sofocón en defensa, se cerró el partido.
El martes espera Brasil y todo lo que significa. La prueba parece mucho más difícil que la de hoy, aunque el clásico rival también llega con algunos problemas: como Argentina, necesitó el alargue para sacarse de encima a Camerún. Parece una final anticipada, porque la otra semifinal será Bélgica - Nigeria. Claro que, como se demostró hoy, no se pueden garantizar alegrías antes de tiempo.

No hay comentarios: