domingo, 20 de septiembre de 2009

Mucha lucha y poco juego para un cero bien grande.

Empataron sin goles el clásico en el Nuevo Gasómetro. El equipo de Simeone, que era levemente mejor, quedó con diez a los 34 minutos por la expulsión de Aureliano Torres. A partir de ahí, los dos mostraron mucha cautela y estuvieron lejos de los arcos.
Difícilmente se pueda ver en este campeonato un partido peor que el que jugaron hoy San Lorenzo y Racing. En el Nuevo Gasómetro empataron 0-0, con pocas situaciones de gol y muchos bostezos. La Academia sigue sin ganar en el torneo y el Ciclón no logra meterse entre los que pelean arriba. Encima, los dos quedaron lejos de la clasificación a la Copa Libertadores.
El empate no le cayó bien a ninguno. Porque los dos necesitaban ganar, pese a que no lo demostraron en el campo de juego. El local, en carrera en la Copa Sudamericana, nunca encontró en Leandro Romagnoli el hombre para desequilibrar. Y si a su lado tiene apagados a Menseguez y Bordagaray, los delanteros, las cosas se hacen más complicadas.
Del otro lado, la apuesta de Caruso Lombardi, de poner dos enganches y un delantero, no le salió para nada bien, si la intención era dar un batacazo en el Nuevo Gasómetro. Porque la idea de poner a Sebastián Grazzini y Luis Fariña en lugar de Marcos Britez Ojeda y Rubén Ramírez, hacía imaginar que Racing iba a intentar lo que no pudo en todo el torneo, manejar la pelota y jugar, por fin, bien al fútbol. Pero nada que ver. El Mágico no gravitó en el campo y el juvenil, que tuvo su primera chance entre los titulares, se fue reemplazado antes del entretiempo.
Pero no es culpa de ellos dos que Racing no juegue como el hincha quiere y que en todos los partidos exista la sensación de que el equipo sale a no perder. Porque si la pelota no les llega a los dos creadores, difícilmente se pueda armar algo de juego. Y la idea de jugar a la pelota muta a lo que es la marca registrada de esta Academia de Caruso, la de tirar pelotazos, centros y revolear todo lo que pasa por los pies de los jugadores. Encima, arriba, un delantero como Pablo Lugüercio, que le pone mucha garra, pero sigue peleado con el arco.
Por eso Racing no lo ganó. Y ni siquiera lo fue a buscar como correspondía cuando el rival se quedó con diez por la expulsión de Aureliano Torres a los 34 minutos del primer tiempo. Diego Simeone supo acomodar las piezas y no pasó sobresaltos. Aunque tampoco se los hizo pasar a Jorge de Olivera, que apenas se tuvo que esforzar una vez por tiempo para evitar el gol rival.
Caruso también movió el tablero, pero su apuesta no fue eficiente. Lucas Castromán, quien entró en lugar de Fariña apenas se pudo asociar un par de veces con Grazzini, pero ni así se generaron situaciones de gol.
El partido no dejó demasiado. Racing falló en el planteo y San Lorenzo no tuvo el peso ofensivo para ganarlo. Dos realidades, que poco se asemejan, por un rato fueron el mismo bodrio. Al Ciclón se le viene Cienciano por la Copa. A La Academia, nada menos que el clásico con Independiente.

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