domingo, 23 de agosto de 2009

San Lorenzo arrancó a pura euforia, pero todavía le falta.

SAN LORENZO 3 - ATLETICO TUCUMAN 1: LA GENTE SE FUE FELIZ CON LA VICTORIA PERO EL EQUIPO DEJO DUDAS EN SU FUNCIONAMIENTO
Bergessio, Menseguez y Pintos marcaron para el local. Para Atlético descontó Barone.
Algunas imágenes pueden confundir. Cualquiera que haya enfocado sus retinas sobre los cuerpos azulgranas que bailaban y se abrazaban en el Nuevo Gasómetro, podría pensar que este equipo es un serio candidato. Y el triunfo ratifica esa sensación que ya se había generado en la previa, con el arribo de refuerzos de elite. Sin embargo, San Lorenzo todavía debe dejarlo claro desde el juego. Porque, en unos cuantos minutos, se dejó devorar por su propio vértigo, ese que tanto le gusta a Diego Simeone. Jugó con el cuchillo entre los dientes, pero se olvidó de tener la pelota entre los pies. Y caminó por la cornisa del empate. Por dos Pablitos no se fue con un clavito. Migliore, implacable en los mano a mano, y Pintos, una sorpresa por su lateral, evitaron la decepción masiva en el arranque del torneo.
También fue vital Gonzalo Bergessio. Porque corrió, metió y siempre generó peligro entre los flojos centrales de Atlético Tucumán. Estuvo audaz para buscar el centro de Pintos a los 2 minutos, para molestar sin infracción a un arquero nervioso, para capturar el rebote y anotar el primero. Mostró panorama para mirar con un ojo a su marcador y con el otro para observar a Menseguez entrando a la carrera, solito para vencer a Ischuk al minuto del segundo tiempo. Si finalmente emigra a Europa, el Cholo lo extrañará.
Pero, a fin de cuentas, fue una colección de individualidades San Lorenzo. Y todavía le falta ensamblarse como equipo. Porque Leandro Romagnoli estuvo en la platea y porque el Kily González apenas jugó un ratito. Y porque la identidad que pretende Simeone para este grande que busca ser protagonista, aún es difusa. El esquema 4-2-3-1 exhibió fragilidades. En especial, atrás. Porque los cimientos que construyó el equipo de mitad de cancha hacia adelante, temblaron en el fondo. Cuando Juan Manuel Torres perdió la brújula en el círculo central ni Aureliano Torres ni Papu Gómez lograron tapar los huecos que generaron Montiglio y Luis Rodríguez. Y la dupla de zagueros, que ya había desencantado ante Tigre, perdió con el gigante Juan Pereyra, que no sólo mostró altura corporal.
San Lorenzo encontró muy rápido el gol cuando el equipo tucumano ni siquiera se había dado cuenta que estaba en Primera (de hecho, apenas tres de sus 11 titulares habían jugado en la máxima categoría). Pero lo dejó crecer. Y Migliore evitó el empate con una atajada fenomenal. Eso sí, el arquero nada pudo hacer un rato después cuando Barone les ganó a todos en el cielo del área y colgó un cabezazo en el ángulo.
Entonces, San Lorenzo intentó buscar por afuera. Con Pintos a toda máquina por la derecha y Aureliano Torrers por la izquierda. Con Rivero, Menseguez y Gómez en una tercera línea imaginaria con la misión de alimentar a Bergessio. Con el buen aporte de Leiva, el cerebro del mediocampo. Claro que la intensidad que todos ellos le imprimieron a sus movimientos no terminaron por lograr que el equipo consiguiera peso en el ataque. Por eso se aproximó a Ischuk a los tumbos, sin claridad, y sufrió en cada retroceso.
Con la misma actitud agresiva y sin Chaco Torres salió a jugar en el segundo tiempo. Y enseguida, Menseguez marcó el segundo. Y casi aumenta Aureliano Torres, pero su tiro libre impactó en el travesaño. No obstante, el buen momento de San Lorenzo se prolongó por un cuarto de hora. Y, otra vez, le brindó posibilidades a Atlético. Rivoira armó una línea de tres en el fondo y puso un volante. Páez la hizo rebotar en el palo. Migliore se lo tapó a Rodríguez. Hasta que Pintos cerró el partido con un golazo que no puede prestar a confusión

No hay comentarios: