domingo, 15 de junio de 2008

Argentina se salvó en el descuento.

En la última jugada, Palacio la mandó adentro y por lo menos se llevó un empate (1 a 1) ante Ecuador en el Monumental. Así quedó a tres puntos de Paraguay, el líder de las Eliminatorias. Urrutia había anotado para los visitantes. Fue una actuación muy floja, sobre todo de tres cuartos de cancha hacia adelante. Basile tiene problemas para el miércoles frente a Brasil, en Belo Horizonte, porque Mascherano salió lesionado y Demichelis se lo pierde por acumulación de amarillas.
Pasaron 211 días desde que Argentina se presentó por última vez frente a su público, en el Monumental. Cambiaron algunos nombres y también el sistema táctico, con respecto a ese triunfo por 3-0 contra Bolivia. Esta tarde, en una nueva fecha por las Eliminatorias ante Ecuador, se esperaba que la Selección enamore a la gente. Los jugadores prometían, y mucho. De entrada Basile se la jugó con Verón, Riquelme, Messi y Agüero. Con la victoria de Paraguay un rato antes del comienzo, la obligación de ganar para que no se aleje en la punta estaba presente en el ambiente.
El dibujo táctico de Sixto Vizuete lo decía todo: no iba a arriesgar y no perder era el lema de los ecuatorianos en su visita al país. Por eso, en el arranque del partido se le hacía muy difícil a Román y compañía romper con la sólida defensa rival. Apenas un tiro libre del Diez que viajó sin escalas a las manos de Cevallos, levantó al público de sus asientos. Mascherano y Verón -en su vuelta al equipo- dominaban la mitad de cancha. Distribuían el juego, aunque era casi imposible encontrar espacios vacíos por donde atacar. La Brujita le puso un pase milimétrico a Riquelme, la figura de Boca tiró el centro y Mina casi la mete en su propio arco. Hasta los treinta minutos, lo más peligroso.
La apuesta de Ecuador era cerrarse en su campo y jugársela a una contra salvadora. Pero la defensa argentina, compuesta por Heinze, Demichelis y Burdisso, no pasaba sobresaltos. El problema era que el seleccionado del Coco no sufría atrás, y tampoco generaba nada adelante. La pelota no le llegaba a los pies de Riquelme, el conductor elegido por Basile. Messi y Agüero, poco y nada. Los laterales, con Maxi Rodríguez y Zanetti, casi no eran explorados. Por como se daba el trámite del encuentro, el negocio era redondo para los de camiseta amarilla. ¿La imagen del primer tiempo? Un centro a cualquier del lado de Verón, que reflejaba la impotencia de la Selección.
Sobre el final de esa etapa inicial, algunas buenas intenciones. Maxi desbordó por la derecha, mandó el centro al punto de penal y Messi no llegó a desviarla para el arco. Luego, La Pulga movió la cintura y dejó parado a varios rivales, aunque siempre le faltaba uno para el peso. Riquelme habilitó a Agüero, y el Kun le pegó cruzado y la pelota se fue muy lejos del arco de Cevallos. Un flojo arranque, sin ambición en ataque y con falta de claridad en el juego.
En el principio del complemento, el Coco buscó variantes. Gago en el lugar de Maxi Rodríguez, con la idea de fortalecer el medio y el manejo de la pelota. Rápido, esa jugada de Basile tuvo que cambiar. Mascherano dejó el alma en una pelota y chocó con un rival. Unos minutos después, debió dejar la cancha. El técnico arriesgó y puso a Cruz. Messi empezó a desplazarse por la derecha, quizás en el lugar donde mejor se siente. Así y todo, las opciones de gol seguían brillando por su ausencia.
A los 23, un baldazo de agua fría para el Monumental. Ecuador llegó por primera vez con riesgo y terminó en gol. Buena combinación de pases, taco de Carlos Tenorio para Urrutia, y el volante de la Liga de Quito metió un derechazo fulminante desde la puerta del área. El Pato tuvo una floja reacción. El 0-1 pegó en el alma del seleccionado, que salió a buscar el empate con desesperación. Zanetti corrió hasta el fondo, buscó la altura de Cruz y el Jardinero le ganó a todos pero su frentazo se fue a centímetros del palo izquierdo de Cevallos. Otro golpe para Basile: Demichelis vio la amarilla y se pierde el partido con Brasil.
Agüero, que apareció muy poco en el desarrollo, cabeceó en el área chica sin peligro. A la jugada siguiente, Verón lo dejó mano a mano con el arquero y el Kun le entregó una masita. Otro pelotazo cruzado, esta vez para Heinze, y Cevallos volvió a salvar su arco. Argentina, con más corazón que ideas, acorraló a su rival. Heinze ya parecía un delantero más, y Demichelis estaba parado en la mitad de cancha. Con los once en su terreno, Ecuador defendía el resultado. La última ficha que movió Basile fue Palacio por Verón, cuando restaban dos y el descuento. Y la Joya le dio sus frutos, cuando nadie se lo imaginaba y la derrota dolía demasiado. Pelotazo al área, Agüero llegó a tocarla con lo justo con la cabeza y el delantero de Boca definió fuerte al medio para quebrar las manos de Cevallos y gritar con todo el Monumental un empate sufrido.
Se habló mucho de Brasil en la previa. Los partidos hay que jugarlos y primero estaba Ecuador. Con un esquema mezquino, se llevó un punto inesperado de Argentina. Por su parte, los dirigidos por Basile no consiguieron jugar en equipo y las individualidades, que a veces salvan partidos, estuvieron desaparecidos. En el último minuto, apareció un héroe accidental para salvar un punto y viajar un poco más tranquilos, ahora sí, a Belo Horizonte.

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