
Confirmar era la cuestión en Liniers. Pegaditos en la tabla y ambos de andar irregular en este Apertura, Vélez y San Lorenzo tenían una prueba clave para saber para qué estaban en el campeonato. El local venía de una dura derrota con Newell's en Rosario, mientras que los dirigidos por Ramón Díaz llegaban entonados luego de la épica victoria frente a Racing por 4-3. En el José Amalfitani, los dos iban por un triunfo para terminar de prenderse.
Desde el comienzo, el partido fue marcado por la paridad. Luchado, trabado. Intenso, pero falto de creatividad. El Ciclón estuvo cerca de abrir el marcador a los diez minutos. Ferreyra le dio de zurda, con rosca, nadie pudo conectar y la pelota pegó en el palo derecho de Peratta. El rebote lo tomó Aguirre y probó desde un ángulo muy cerrado. Afuera. Fundamentalmente gracias al manejo del Malevo por la banda izquierda, el visitante era un poquito más.
A Vélez le costaba una enormidad crear peligro en ofensiva. Y como no podía hacerse los espacios, dejaba sus posibilidades de ataque libradas al jugo aéreo o un disparo de media distancia. Tula cerró justo ante un cabezazo de Silva y Ocamo, en la más clara del local, exigió a Orión tras una gran maniobra de Ríos.
El segundo tiempo fue prácticamente un monólogo azulgrana desde el inicio. Con actitud, decisión y empuje, San Lorenzo adelantó sus líneas y fue a buscar el triunfo ante un rival que esperaba demasiado. En el arranque nomás, Ramón Díaz hizo el primer cambio: Gastón Fernández por Silvera. Y La Gata le dio a su equipo el volumen de fútbol que necesitaba. Enseguida, en una contra, el ex jugador de River tocó a la izquierda para Ferreyra y éste remató de zurda, con potencia. Por arriba, cerca.
Ramón Díaz se dio cuenta de que el trámite era favorable a los suyos y se la jugó desde el banco. Bilos por Tula. Y al ratito, tras una descarga de Rivero por derecha, hacia atrás, el Chaco Torres metió un sablazo bárbaro que reventó el travesaño. El visitante era superior y merecía más que el cero a cero. Sin embargo, Vélez tuvo un tiro libre muy lejos del arco y encontró inesperadamente la ventaja. Zapata sacó un bombazo tremendo coló la pelota en el ángulo superior derecho de Orión para anotar el 1-0. Injusto, por cierto.
Todo lo que había hecho San Lorenzo en la primera parte del complemento se desdibujó después del gol. Imprecisión y falta de variantes fueron los motivos por los que El Ciclón no logró penetrar el cerrojo bien parado por los del Bigotón. Así fue que sólo quedó tiempo para la expulsión de Bottinelli y, ya en el descuento, el gol del uruguayo Silva, de palomita, para sellar el 2-0. Tal vez demasiado premio para Vélez, que festejó en un momento crucial merced de su efectividad. Podría haber sido empate en Liniers.
No hay comentarios:
Publicar un comentario