lunes, 20 de agosto de 2007

San Lorenzo y River, en un epate intenso.

Fue 1 a 1 en el Nuevo Gasómetro, donde los locales jugaron mejor de entrada y se pusieron arriba después de un tiro libre combado de Ferreyra, que Silvera desvió en el camino. Los de Passarella reaccionaron en la segunda parte y llegaron a la igualdad con un polémico penal que convirtió Ortega. Terminaron de ida y vuelta. El resultado estuvo bien.

Cualquiera de los dos pudo haberlo ganado. Pero también perdido. Por eso, el empate 1-1 entre San Lorenzo y River fue justo. En el clásico fue un tiempo para cada uno y ambos equipos terminaron regalando un intenso final de ida y vuelta en el Nuevo Gasómetro.
El comienzo del encuentro estuvo permanentemente cortado por las infracciones. Antes de los sesenta segundos, la Gata Fernández ya había recibido dos. Y a los dos minutos, Ponzio vio la amarilla por una fuerte entrada al paraguayo Aurelino Torres. Encima, la lluvia no contribuía al equilibrio de los jugadores.
La imprecisión fue el factor común en los primeros instantes: ninguno podía conectar una jugada colectiva, se prestaban la pelota y presionaban intensamente en el mediocampo. Ortega no aparecía y San Lorenzo apostaba a una pelota detenida -con la buena pegada del Malevo Ferreyra- para abrir el marcador.
Y precisamente por esa vía llegó el primer grito de la tarde para el local. Un tiro libre desde el sector derecho, ejecutado con gran precisión por el ex volante de River que pasó por Rusia, encontró la cabeza de Silvera, quien increíblemente estaba sin marca dentro del área chica. El Cuqui la desvío y facturó.
A partir de ahí, San Lorenzo ganó en volumen de juego, comenzó a hacer circular la pelota y se afirmó en la cancha. River apenas amenazó con despertarse, pero no generó situaciones para incomodar a Orión. Belluschi brillaba por su ausencia y Ortega arrancaba las jugadas atrás de mitad de cancha. Así, todo se le hizo cuesta arriba al Millonario en los primeros 45 minutos. ¿Passarella? No salía del banco, casi no daba órdenes y se limitaba a realizar anotaciones.
El ingreso de Falcao para jugar el complemento en lugar de Abelairas pretendió darle mayor agresividad al ataque de River. El delantero colombiano contó con una buena chance a los cinco del complemento, pero no llegó bien parado y -de frente al arco- le entró muy mal de zurda.
La polémica de la tarde llegó cuando Pezzotta sancionó penal para River. En el área primero había caído Belluschi, quien venía embalado y a toda velocidad, y en la jugada siguiente Villagra se dejó caer. El árbitro cobró y Ortega, a los doce, estableció el empate. Enseguida casi aumentó el equipo del Kaiser, pero el potente disparo de Falcao se estrelló en el travesaño. River era más y mostraba una actitud muy diferente a la de la primera etapa.
El Millonario siguió intentando y, por momentos, San Lorenzo no pudo hacer pie en el campo de juego. Romeo ingresó para jugar los últimos minutos (los hinchas locales lo ovacionaron) y casi convierte en la primera pelota que toca.
El final fue vertiginoso. River sufrió la expulsión de Belluschi y cualquiera de los dos pudo haberlo liquidado. Hirsig tuvo la victoria en sus pies, pero las manos de Ojeda ahogaron el festejo. En la contra, Augusto Fernández probó de afuera con un zurdazo y la pelota salió apenas arriba del travesaño del arco de Orión.
El punto es justo para los dos, ya que cada uno tuvo sus momentos y sus chances. Con más actitud que fútbol, se llevaron por delante mutuamente y el resultado final fue un vibrante empate en un emotivo clásico.

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